Estamos atravesando el último mes de 2024, mientras promedia la primera itinerancia de la exposición del concurso CoDevenir en la ciudad de Temuco, en Chile.
Es momento de hacer un balance.
Esta cuarta edición de la Bienal significó un gran paso con respecto a las anteriores. En realidad, cada edición constituyó un salto, un crecimiento, una maduración que fue consolidándola, integrándola en un proyecto colectivo de lxs joyerxs contemporánexs latinoamericanxs.
La Bienal comenzó como una idea a la que viene siendo leal, tiene objetivos que sostiene y multiplica siempre en el mismo sentido, se sustenta en un sistema de convicciones compartidas entre quienes tenemos la labor de organizarla y entre quienes trabajan participando de alguna o de todas las posibilidades que ofrece.
Esa fortaleza es la que nos permite cerrar esta cuarta edición con la satisfacción de que, más allá de cualquier circunstancia, lxs joyerxs latinoamericanxs nos movemos ahora asidxs con fuerza a un nuevo eje que atraviesa nuestro continente, anclado en nuestro territorio y nuestras identidades, una tierra firme desde donde podemos erguirnos y observar, trabajar, viajar, disfrutar, pensar, pensarnos y pensar el mundo.
En esta edición, la Bienal, por primera vez, movió su centro a una nueva ciudad, a un nuevo país. Trabajamos en la organización junto a Joya Brava que hizo un trabajo excepcional llevando a cabo un despliegue organizativo para la exposición del concurso, con todas sus instancias previas y posteriores, su difusión, su premiación, y para la Ruta Brava, un recorrido de exposiciones que cubrió Santiago de joyería contemporánea. Es verdad que dejaron la vara alta para quienes tomen la posta en la siguiente edición, aunque esto no debería ser motivo de preocupación: sin resignar nada de nuestros objetivos y con la clara conciencia del trabajo, entrega y compromiso enorme que significa organizarla, que la bienal sea reflejo de nuestras distintas realidades es parte del desafío.
En números, la IV Bienal ha sido muy importante:
Participaron 15 países.
Hubo 4 circuitos de exposiciones que reunieron un total de 46 muestras internacionales.
Hubo un total de 400 artistas expositores.
Al concurso, se presentaron 123 artistas y 223 obras. Fueron seleccionadas 76 piezas de 63 artistas.Hubo tres premios y una mención, más el premio del público.
Hubo también premios por país para Chile, Argentina, Colombia, Brasil y México. Esta nueva modalidad de premiación resultó todo un éxito.
Nos acompañaron 22 patrocinadores.
Las exposiciones presenciales fueron albergadas en 31 espacios.
La bienal premia obras, muestra proyectos, reflexiona, habilita espacios para el encuentro, la discusión, la fiesta. La bienal propone caminos y muestra propuestas alternativas, confluyentes, paralelas. La bienal es abierta y en esa apertura propaga la espesura de la joyería contemporánea latinoamericana.
Gracias a todxs los que formaron parte.
La próxima edición de la Bienal será en 2027.
Tanta alegría merece un pequeño descanso. Mientras, vayamos soñando la próxima edición.
Un gran abrazo para este fin de año,
Laura Giusti y Paula Isola