En un Centro Cultural Borges desbordado de celebración, ayer 7 de diciembre inauguró un Salón Nacional nuevo en muchos sentidos, todos positivos.
Hablaremos de lo que nos toca directamente, que nos llena de orgullo y nos emociona.

Ya sabíamos que Vicky Biagiola, Jessica Morillo, Gabriela Nirino, Sabina Tiemroth, Andrea Nosetti y Sol Rios fueron seleccionadas para el salón en distintas disciplinas. Ayer, Vicky y Gabi recibieron menciones especiales del jurado en la categoría No disciplinar, Jessica el segundo premio en la categoría textil, y Sol Ríos mención especial en la misma categoría.

La alegría es ENORME. Que nuestras artistas, las que se dedican a la joyería de arte, hayan sido seleccionadas en el Salón Nacional, que hayamos tenido una jurado en la selección, ya fue un primer paso importantísimo. Que hayamos tenido tres premiadas, es para festejar y festejar. No podemos estar más felices.

Para poder dimensionar hasta qué punto esto que pasó es importante, detengámonos unos momentos en hacer un poco de memoria.

Hasta hace no tanto, la joyería de arte no era conocida (mucho menos reconocida) por casi nadie, salvo sus realizadores.

Hubo mucho trabajo de visibilización, de promoción, de reunión, de gestión, de reflexión, de producción, de proyectos, para que el crecimiento (que sólo se consigue colectivamente, trabajando con, integrando y confluyendo) alcanzara a exceder nuestros propios límites. El trabajo individual de cada artista se potenció en este recorrido de pura fuerza colectiva. La joyería de arte argentina alcanzó los espacios públicos, los museos, la mirada de los adolescentes y adultos mayores en las visitas guiadas, la del público ávido de la noche de los museos, la de los curiosos y los niños en las actividades asociadas. Alcanzamos la presencia permanente, activa e integradora con Joyeros Argentinos, el diálogo latinoamericano con la Bienal; en estos años hubo simposios, encuentros de reflexión, exposiciones, talleres, publicaciones, intercambio con otras disciplinas y la venta en ferias en espacios como el MICA, cátedras y posgrados en las universidades, y podríamos seguir enumerando propuestas e iniciativas colectivas que desde distintos orígenes convergieron en una disciplina que nos abarca y desborda.

La convocatoria del Salón Nacional de este año, nueva y abierta, nos invitó a animarnos. Felicitas Luna, directora del Museo de Arte Popular José Hernández, con quien venimos trabajando desde hace mucho en todo este proceso que describimos recién, propuso cuatro joyerxs, dos de CABA y dos de provincia de Buenos Aires, para que fueran jurados en el Salón. Lxs juradxs fueron votados por lxs participantes, y nuestra Paula Isola, joyera, nos representó por primera vez como parte del jurado de preselección en la provincia de Buenos Aires.

El «Espacio no disciplinar» fue una categoría lo suficientemente abierta como para incluirnos en esta edición. Allí se presentaron Vicky Biagiola y Gabriela Nirino, y sus trabajos fueron distinguidos entre performances, video, trabajos en comunidad, educación, trabajos no tangibles. Es decir, el trabajo de nuestras joyeras fue distinguido incluso en una categoría que abarcaba muchas obras de muy diferentes características.

Sabina Tiemroth, Sol Ríos y Jessica Morillo se presentaron en la categoría textil, y allí Jessica obtuvo el Segundo Premio y Sol Ríos mención especial.

Andrea se presentó en la categoría Escultura.

Estamos felices, orgullosxs.

Ahora, a seguir pensando, a seguir moviendo, a seguir presentando.

Nuestras compañeras fueron seleccionadas, y tres de ellas fueron premiadas en el Salón Nacional. Su trabajo maravilloso lo merece. Las felicitamos de corazón. Las abrazamos y celebramos por ellas, y por nosotrxs, que somos parte de este colectivo en movimiento permanente, de esta necesidad de potenciarnos mutuamente, de este ser parte de algo que nos excede como personas y artistas.
Chicas, su lugar en este Salón es un premio para todxs nosotrxs.

Pin It on Pinterest